El parque natural del Delta del Ebro (en catalán, y de forma oficial, parc natural del Delta de l’Ebre) es un espacio natural protegido situado en la desembocadura del río Ebro, en la provincia de Tarragona, Cataluña, España, entre las comarcas del Bajo Ebro y del Montsiá. Fue declarado parque natural en agosto de 1983 y ampliado en 1986. Actualmente cuenta con una extensión de 7736 ha (3979 ha en el hemidelta derecho y 3757 ha en el izquierdo). Es zona ZEPA, espacio del convenio de Ramsar y forma parte de la reserva de la biosfera de las Tierras del Ebro. El delta del Ebro es la zona húmeda más grande de Cataluña y una de las más importantes de Europa Occidental.

Todas las lagunas del delta del Ebro poseen a su alrededor un cinturón de vegetación helofítica muy característica, compuesta sobre todo de cañaverales y carrizales que conforman la comunidad Typho-Schoenoplectetum glauci. Son lagunas de aguas dulces debidas sobre todo a la aportación de aguas provenientes de los arrozales.
El humedal del delta del Ebro es de importancia internacional para cientos de especies de fauna vertebrada, siendo la mayoría aves. Aquí nidifican 95 especies, invernan, reposan y se alimentan durante las migraciones de muchas otras especies. El delta del Ebro alberga 316 especies de aves comunes y unas 360 de aves registradas de las 600 existentes en Europa.

El sistema de cultivo arrocero en el Delta del Ebro es cíclico. Desde el mes de abril hasta septiembre (época de recogida del arroz), el agua dulce circula desde el río, pasando por canales y acequias, hasta los campos y desemboca en las lagunas litorales y de estas al mar. Por el mes de diciembre se cierran las compuertas de entrada y el agua permanece estancada en campos y canales, donde se evapora durante el invierno hasta llegar a la sequía casi total al final de febrero.

Durante el mes de marzo los campos se trabajan y se preparan para la siembra, y en entonces quedan totalmente secos, hasta que vuelven a inundarse en abril y vuelve a comenzar el ciclo. De este modo, la dinámica hidrológica junto con ciertos fenómenos naturales enmarcan el Delta del Ebro en una situación atípica, puesto que la salinidad de los lagos es más alta en invierno que en verano, mientras que tendría de ser al revés, puesto que la evaporación del verano debería concentrar las sales, pero la aportación de agua dulce en esta época hace que acontezca lo contrario.

Este fenómeno extremamente singular, unido al ciclo de productividad del arroz, hace que los ritmos biológicos se alteren, de forma que se ha podido apreciar que el verdadero regulador, el reloj biológico que marca la pauta en las fluctuaciones poblacionales de la fauna es el cultivo del arroz. Un ejemplo se encuentra en el retardo de la nidificación de muchas aves respecto a poblaciones de otros lugares de latitud similar, adecuando así el nacimiento de las crías a la época de maduración del arrozal, lo que permite alimentar mejor a las crías, fenómeno que ha sido comprobado tanto en patos como en paseriformes.
